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Imagen extraida de la Red |
Congelado, detenido en el tiempo,
como rocío nocturno,
y alejado en la distancia
de una mirada o una caricia,
el corazón se vuelve gélido,
los besos, distantes,
la ternura, irreal
y se pierden los ecos bellos de tu imagen
en el fragor de la memoria confusa.
En la tiranía de los sentimientos
y perdiendo las ilusiones
no puedo seguir caminando.
¿Qué hace falta?
¿Qué?
Para que tu sublime corazón y el mío
se vuelvan uno,
adorándose
y rasgando con lanzas de marfil
la distancia que nos separa...
tan dura,
tan triste...
Delicioso en su melancolía, querida amiga.
ResponderEliminarUn beso así de grande.