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Imagen extraída de la Red |
Sueño,
Te sueño en sensaciones.
Despierta, te sueño
Con anhelo profundo.
Sin tu rendición
No soy yo;
Soy sombra de deseo.
Soy sueño de ensueño.
Soy quien no quiero ser.
Sin ti nada hay
Y nada queda.
Sin tu rendición
No soy yo
Sin mi vida no estoy.
Tú eres mi vida.
Ríndete, amor...
M.E. Sánchez Almansa 2010
La rencición... Creo que pides mucho. Tendrás que aprender a ser sin su rendición.
ResponderEliminarUn placer venir a leerte.
Besos.
Gracias, besos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSencillamente excepcional. Me alegro de que nuestros blogs nos hayan unido. ¿Será el destino? La protagonista de tu libro se llama Montesinos y la otra Clara, mmmm...
ResponderEliminarSaludos desde Valencia,
CLARA
Casualidades Clara, tu blog es fantástico. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerido Juanjo, tienes razón (como muchas otras veces): pedir la rendición de alguien cuando las circunstancias son inapropiadas es ponerle a él en un dilema y encarcelarnos nosotros mismos en esa desazón. Quiero salir, y lo intento pero mi corazón está muy lejos de mi razón todavía....
ResponderEliminarUn enorme Beso de mí para tí...
No voy a rendirme
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